El
dólar estadounidense es actualmente una moneda fiduciaria (del latín fidus: fe)
que se emite contra deuda y no tiene respaldo metálico, sólo se sostiene por el
poder militar de Estados Unidos de América y no debería llamarse “moneda
fiduciaria”, porque fe no es sinónimo de credulidad, mucho menos de credulidad
suicida.
El
presidente John Fitzgerald Kennedy quiso arrebatarle el monopolio de la emisión
de dólares a la Reserva Federal y lo mataron; con su muerte el pueblo
estadounidense perdió a su último defensor y quedó sellada su suerte.
El
dólar es una moneda que se emite contra deuda. Cada vez que Estados Unidos de
América tiene que financiar una guerra o hacer frente a alguna crisis económica
emite dólares sin respaldo y genera deuda (y esta última solo puede pagarse
contra más emisión y más deuda), de manera que el dólar se halla muy
sobre-emitido desde hace mucho tiempo y cada vez más.
Si
todos estos dólares volviesen a circular en los Estados Unidos de América se
produciría una hiperinflación como jamás hubo una y la economía estadounidense
caería como un castillo de naipes. (Y el mundo entero con ella)
¿Por
qué no ocurre esa hiperinflación? Porque desde los años setentas han obligado a
los países a guardar reservas de dólares. Crearon el petrodólar, como la única
moneda que puede ser utilizada para comprar y vender gas y petróleo. De esta
forma, los dólares que emitieron para pagar barcos, aviones, tanques, misiles y
bombas no vuelven a su país de origen.
La
deuda generada por la emisión monetaria doméstica de Estados Unidos de América
y la monstruosa que produce el financiamiento de guerras para sostener el
apetito bulímico de las corporaciones y la banca es enorme, impagable. La cifra
exacta no se publica, pero se estima en unos U$S 18.000.000.000.000 (1,8 1013 dólares estadounidenses) [Hoy, 11 de agosto de 2019, está en 2,0 1013 dólares estadounidenses]
Con
un dólar sobre-emitido y una deuda colosal, Estados Unidos de América es un
país virtualmente insolvente y en cesación de pagos. Muchos se han dado cuenta
de esto.
Muamar
el Gadafi quiso crear una moneda africana con respaldo oro y murió asesinado en
2011.
China
diversificó riesgo y cambió la mitad de sus reservas de dólares a euros. Como
los chinos son más de mil millones y tienen armamento nuclear, misiles
intercontinentales, gente en órbita y robots interplanetarios, son un hueso difícil
de roer y la reacción yankee no pudo ser violenta (además, quizás convenga a
los planes de la banca y las corporaciones).
Sadam
Husein quiso convertir a euros todas sus reservas y comerciar petróleo en euros
y… ¡Oh, sorpresa, su país invadido y él asesinado! ¿Casualidad?
Por
último, China lanza el petroyuán con respaldo oro y cierra un tratado comercial
con la Federación Rusa. Los rusos le venden un máximo de 38.000 metros cúbicos
de gas al año durante tres décadas y petróleo, por valor de 400.000 millones de
dólares, pero en yuanes, petroyuanes con respaldo oro.
Irán,
Venezuela y Arabia Saudita no tardarían en hacerse miembros del club petroyuán
y ya no necesitarían las reservas en dólares.
Esto
en sí mismo es un acto de guerra. La banca sabe que el dólar es una pompa de
jabón, pero maneja el circulante y la tasa de interés. No solo le van a sacar a
la vaca toda la leche que puedan, sino que tienen la intención de aprovechar
hasta su último suspiro. Pero una corrida internacional hacia el yuan en
detrimento del dólar podría, al menos, traerles dificultades, serias
dificultades, y alterar los tiempos y los rendimientos.
Esto
pone al mundo al borde del abismo.
David
Rockefeller dijo: “Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que
necesitamos es una gran crisis y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial.”
¿De qué se trata esto? De un gobierno mundial
sostenido por los verdaderos poderosos de la tierra. Suele decirse que el
presidente de Estados Unidos de América "es el hombre más poderoso del mundo".
Si eso fuera verdad, el presidente Kennedy no hubiera muerto. Hay un poder
invisible, entre bambalinas. "El mundo está gobernado por
personajes muy diferentes a los que creen los que no ven más allá de sus
ojos" Benjamín Disraeli – Primer Ministro británico de la
Reina Victoria)
A
muchas personas les parece poco probable que las naciones vayan a renunciar a
sus soberanías y orgullos nacionales. Pero una crisis brutal, inaudita,
inmensamente mayor que cualquiera que haya acontecido, podría hacer el “milagro”.
Cansados de un sufrimiento atroz, aceptarían cualquier cosa.
De
esto habló Jesús a sus discípulos hace unos dos mil años: “21 porque entonces habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido
una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. 22 De
hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas
por causa de los escogidos aquellos días serán acortados.” Evangelio según
Mateo, capítulo 24, versículos 21 y 22, Traducción del Nuevo Mundo de las
Sagradas Escrituras.
Una
guerra nuclear acotada o una guerra convencional con el agregado de armas
biológicas, una crisis financiera internacional seguida de caos social y
hambruna o una epidemia causada por un ataque terrorista (1) podrían dar a los que
promueven un gobierno mundial las razones convincentes para que los que sufrieran
esa o esas crisis (una cualquiera, dos cualesquiera o todas) acepten su
gobierno como la única y definitiva solución.
Se
habla, por ejemplo, de la superpoblación del mundo. Ahora somos 7,2 mil millones.
El 80% de los alimentos del mundo se reparten o son consumidos por el 20% de la
población mundial. Se dice que seremos 8 mil millones en 2030 y que en siete
meses agotarían el alimento producido para un año. Pero estas son verdades a
medias.
Sin
ninguna revolución tecnológica -y de no mediar un sistema comercial egoísta- la
tierra puede alojar y sustentar hoy a 40 mil millones de personas (dato de la
FAO anterior al documento NSSM200 de Henry Kissinger), es el sistema económico-comercial el que crea los problemas, no la
superpoblación. De todas formas, la industria alimenticia produce actualmente alimentos para 10 mil millones de personas, pero se derrocha y desperdicia mucha comida. Es más un problema de distribución y de egoísmo comercial. Los responsables son los mismos poderosos que quieren el gobierno mundial bajo
su tutela y para sus crueles y malignos intereses.
Henry
Alfred Kissinger, es un político estadounidense nacido en Alemania el 27 de
mayo de 1923 que fue secretario de Estado durante los mandatos de Richard Nixon
y Gerald Ford. Tuvo marcada influencia en la política internacional no solo de
Estados Unidos de América sino también de otros países, preponderantemente
durante el período 1969-1977. Fue consejero de Seguridad Nacional. Con respecto
a esta última labor generó un documento de Seguridad Nacional en el que
menciona que es vital para la supervivencia de Estados Unidos que la población
del mundo crezca menos y que sean reservados los recursos sudamericanos. A tal
efecto aconseja que se promuevan los abortos como medio para reducir el aumento
de la natalidad (2). Un estudio médico parece haber demostrado que la cantidad de
espermatozoides ha disminuido un 50% y atribuye la causa a algunos productos
químicos que la industria produce. Ciertas personas se preguntan si esto es
casual o un complot. Lo cierto es que el señor Kissinger ha dicho que la
población ideal del mundo debería ser de dos mil millones. Esto se enseña o
comenta en las universidades. A temblar señoras y señores, sobran cinco mil
millones.
¿Recuerdan?
Una crisis mundial brutal como razón para que la gente sobreviviente acepte la
desaparición de las naciones y un gobierno mundial. ¿Le alcanzaría como justificación cinco mil millones de muertos?
Henry
Kissinger es miembro de la Comisión Trilateral y un bilderberger. Y entre los bildelbergers
hay poderosos miembros de sectores de la masonería quienes serían los que
accionan para lograr un gobierno mundial. De hecho, la creación de la Sociedad
de Naciones/Naciones Unidas es obra de masones y hay otra profecía bíblica que
cuadra con su existencia:
«9
“Aquí es donde entra la inteligencia que tiene sabiduría: Las siete cabezas
significan siete montañas, sobre las cuales se sienta la mujer. 10Y hay siete
reyes: cinco han caído, uno es, el otro todavía no ha llegado, pero cuando sí
llegue tiene que permanecer un corto tiempo. 11 Y la bestia salvaje que era,
pero no es, también ella misma es un octavo [rey], pero proviene de los siete,
y se va a la destrucción.
12
“Y los diez cuernos que viste significan diez reyes, que todavía no han
recibido un reino, pero sí reciben autoridad como reyes por una hora con la
bestia salvaje.» - Revelación o Apocalipsis 17: 9-12, misma traducción.
La
cosa es que tras una dolorosísima crisis mundial, los sobrevivientes no querrán
saber nada más con países contrapuestos y aceptarán la instauración de un
gobierno único para todo el mundo. En el camino habrán sido destruidas todas
las religiones mundanas. En ese entonces los miembros de ese gobierno declararán
que ahora hay paz y seguridad.
La
Comisión Trilateral es un nombre por el que es conocida una comisión creada por
David Rockefeller en 1972, porque está constituida por los países ricos de
Asia, Europa y Estados Unidos de América. Su verdadero nombre es: International
Commission of Peace and Prosperity (Comisión Internacional de Paz y Prosperidad)
¿Quiere
leer una última profecía?
«3
Cuando [los hombres] estén diciendo: “Paz y seguridad”, entonces destrucción
repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia de la
mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera.» - Primera Carta a los Tesalonicenses 5: 3.
Esta
destrucción es el Armagedón y tras la limpieza de la tierra viene un gobierno
mundial, pero fiel y verdadero, con Cristo como Rey.
(1) El virus de la viruela, por ejemplo. Los que tuvimos inmunidad la hemos perdido, inclusive la memoria genética. Pese a que se usa una bacteria modificada genéticamente para producir la vacuna, las cepas guardadas en laboratorios de alta seguridad no han sido destruidas. Si las altas esferas tuvieran un interés de que el virus cayera en manos terroristas, la humanidad estaría indefensa. Hay existencias de vacunas destinadas a ciertos grupos considerados importantes por la élite y algunos países han tomado recaudos para poder fabricar vacunas en caso de una epidemia. ¿Cuánto demoraría la industria en proveer la cantidad necesaria para todos y cuántos caerían en ese tiempo? Debido al descogelamiento del permafrost, además hay riesgo de que algún virus congelado en la última glaciación quede liberado y activo.
(2) En Bolivia hubo un problema diplomático porque los mormones estaban esterilizando a ciudadanos bolivianos de ambos sexos.
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