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Refugiados de la Segunda Guerra Mundial en Argentina


        Después de la caída del Tercer Reich, a partir de 1945 comenzaron a llegar a Argentina militares alemanes; criminales de guerra alemanes, belgas, croatas e italianos; colaboracionistas; científicos y técnicos que no querían trabajar en Estados Unidos de América o caer en manos rusas. Hay quienes dicen que fueron unos quince mil y otros hablan del doble de esa cantidad.

        Si quince mil le parece un número muy alto, considere que cuando comenzó la Guerra de Corea, en junio de 1950, el gobierno estadounidense inició la búsqueda de tropas auxiliares entre sus antiguos enemigos nazis. Un oficial de la CIA dijo: "Estaba claro que debíamos utilizar a todo hijo de puta que fuera simplemente un anticomunista". Preferían fugitivos de la Europa oriental para ser usados como guerrilleros después de un bombardeo atómico. Los mejores anticomunistas eran, sin duda, los ex-miembros de la SS y colaboracionistas ucranianos, croatas, lituanos y estonios, muchos de los cuales estaban siendo buscados como criminales de guerra. Una cantidad del orden de los 12.000 fue llevada a los Estados Unidos de América y recibieron la ciudadanía tras cumplir un servicio militar de cinco años. Un grupo elegido entre ellos fue entrenado en la guerra de guerrillas en Fort Bragg y luego formaron las primeras unidades de Boinas Verdes (Green Berets).

        En Argentina el partido nazi tenía 70.000 afiliados y hay fotografías de un acto en el Luna Park, el 10 de abril de 1938.




        En Europa había un número considerable de colaboradores e informantes libres pagados por los servicios estadounidenses. Un caso notable fue el de Klauss Barbie, jefe de la Gestapo en Lyon. Barbie era buscado por los franceses y, en un principio, por el CIC (Counter Intelligense Corps). Acorralado, ofreció sus servicios al CIC, que pasó a protegerlo. Así, pronto estuvo dirigiendo redes en Alemania, Francia y Rumania, hasta que los servicios franceses se enteraron y exigieron su entrega. El CIC dejó de protegerlo, pero no tenía la más mínima intención  de que se supieran detalles de esa colaboración. El mismo CIC lo envió a la República Argentina con el nombre falso de Klaus Altmann. Muchos otros criminales de guerra buscados fueron contratados de diversas maneras por los servicios estadounidenses y ellos mismos habían creado una vía de escape, la "ruta de las ratas", para los casos más problemáticos. Si hacía falta, eran sacados de Europa a través de la frontera italiana (no pocas veces en uniformes estadounidenses y con documentos falsos) hasta Nápoles, donde eran embarcados hasta Argentina, con ayuda del Vaticano.

        Otros fugitivos llegaron con documentos vaticanos, suizos o suministrados por la Cruz Roja y también con pasaportes argentinos.

       
       Un oficial de la Luftwaffe llamado Franz Ruffinengo trabajó en Génova para la Delegación Argentina de Inmigración Europea. En 1947 se trasladó a la Argentina y fue secretario del secretario de Perón, Rodolfo Freude. Freude era hijo de Ludwig Freude, un poderoso empresario alemán que manejaba intereses comerciales y financieros en estas tierras. Este hombre estaba afiliado al partido nazi con el número 405 y giró fondos a la cuenta 4063 de un banco alemán que más tarde fue absorbido por el Credit Suisse y en donde unos doce mil alemanes remitieron dinero supuestamente de bienes despojados a los judíos. Actualmente son 35 mil millones de euros y la fundación Simón Wiesenthal presentó un pedido de acceso a la información de la cuenta en cuestión.


     Nadie dice que se perdieron dos divisiones completas del ejército alemán cuando se hizo el recuento al final de la guerra. Para que se entienda bien: no estaban muertos y se desconocía su paradero.


            Criminales de guerra alemanes confirmados

Adolf Eichmann, artífice de la "solución final", vivió en Argentina con el nombre falso de Ricardo Klement, desde el 15 de julio de 1950 hasta el 20 de mayo de 1960, cuando fue secuestrado y trasladado a Israel por un comando del Mossad, donde fue juzgado y condenado a morir ahorca​do.

Josef Menguele: al principio, ingresó a la Argentina el 20 de junio de 1949 a bordo del buque North King. Lo hizo con un documento suministrado por la Cruz Roja con el nombre falso de Helmut Gregor.  Con posterioridad se le autorizó a practicar la medicina y a crear una empresa farmacéutica: Fadro Farm, Para ello tuvo que pedir el título médico que tenía en Alemania, vía consulado alemán. Hasta llegó a tener una cédula de identidad de la Policía Federal Argentina a nombre de José Menguele. La embajada y el gobierno alemán sabían perfectamente que estaba en Argentina y, por supuesto, también los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses. A raíz de un pedido de extradición alemán abandonó Argentina y se radicó en Paraguay, para luego pasar a Brasil. Allí murió con otro nombre falso.

Eduard Roschmann, capitán SS, conocido como el "Carnicero de Riga", pues él fue el comandante del gueto de Riga en 1943. Se lo considera el mayor responsable del Holocausto en Letonia. Logró huir a la Argentina con ayuda del obispo Alois Hudal, de la "ruta de las ratas" y  con pasaporte de la Cruz Roja a nombre de Federico Wegener. Salió de Génova en 1948 y arribó a nuestro país protegido por el gobierno y por el obispo Miguel de Andrea. Murió en Paraguay mientras huía en 1977, posiblemente asesinado por el Mossad.

Erich Priebke, capitán SS, el principal colaborador de Herbert Kappler en la "Masacre de las Fosas Ardeatinas", junto al teniente SS Karl Hass, donde asesinaron a 335 italianos con disparos en la nuca. Vivió en San Carlos de Bariloche, Argentina, por unos cincuenta años. Fue ayudado por cuatro sacerdotes católicos a escapar: Johann Corradini, Franz Pobitzer, el vicario Alois Pompanim y por el croata Krunoslav Draganović, afiliado al partido nazi que manejaba una red de contactos.


Josef Franz Leo Schwammberger, comandante de varios campos de trabajo SS en Cracovia. Vivió en Argentina, a la que arribó en 1948 con ayuda de Hans-Caspar Kreuge y protegido por las autoridades locales, hasta que fue capturado y extraditado en 1987. Tras ser juzgado y condenado a cadena perpetua, murió en el hospital de la prisión Hohenasper de Ludwigsburg, el 3 de diciembre de 2004, a la edad de 92 años.

Walter Kutschmann, oficial SS y de la Gestapo, responsable de numerosas muertes de intelectuales y profesores polacos y otros 2 mil polacos en Lviv. Mientras estaba en Francia, a fines de 1944, desertó y buscó refugio en Vigo, España. Cuando Franco empezó a desentenderse de los refugiados alemanes, buscó la protección de la red ODESSA. El llegó  a Argentina el 16 de enero de 1948, en el buque Amboto. Vestía como monje católico y usó una identidad falsa, pero fue ubicado como Encargado de Compras de la empresa Osram. Fue descubierto por un periodista de la revista Gente en Miramar. Simón Wiesenthal hizo que lo capturaran, pero su precario estado de salud lo llevó a la muerte en un hospital prisión de Buenos Aires, el 30 de agosto de 1986.

Martin Bormann, secretario personal de Hitler. Enterrado en Paraguay, por algún motivo fue llevado a Alemania y su cadáver "descubierto" oficialmente en 1972. En el cuerpo se halló tierra roja, que no existe en donde lo encontraron. La historia oficial dice que se suicidó en un puente cuando intentaba huir de Berlín en 1945.

Wilfred von Oven, en el período 1943-1945, fue el ayudante de prensa personal de Joseph Goebbels.

Klaus Barbie, el "carnicero de Lyon", oficial SS a cargo de las torturas de los detenidos en Francia por la Gestapo.  Enviado a Argentina por el CIC con documentos falsos, vivió en Bolivia hasta que fue deportado en 1983. Falleció de leucemia en Lyon.

Gerhard Bohne, doctor en derecho, fue el responsable del exterminio de 62 mil minusválidos y enfermos mentales que fueron enviados sistemáticamente a las cámaras de gas para vaciar los hospitales. El programa fue cancelado en 1941, pero sirvió de experiencia para lo que siguió con "la solución final". Entró a Argentina en 1948, a bordo del buque Ana C, cuando Perón era presidente.  En 1955 abandonó nuestro país tras el derrocamiento de Perón. Regresó a Argentina con nombre falso en 1963, para ser capturado en 1964. En 1966 fue extraditado, pero alegó una enfermedad tan grave que no pudo ser juzgado. Murió con una pensión del gobierno alemán.

Heinrich Müller, jefe de la Gestapo, quien habría desembarcado de un submarino en Orense, en 1945. La historia oficial decía que Müller cometió suicidio el 28 de abril de 1945. Sin embargo, en 1973 se exhumó el supuesto cadáver de Müller y en la tumba estaban los restos de tres soldados desconocidos. Ninguno correspondió a Müller. Parece que Müller hizo que el submarino alemán U-234 se entregara a los estadounidenses con muchos secretos alemanes: los fusibles infrarrojos de von Ardene; suficiente uranio 235 de grado militar, como para hacer 9-10 bombas como la que se arrojó sobre Hiroshima; un Me 262 desarmado; una cantidad indeterminada (para nosotros) de armas secretas y adelantos técnicos. La carga y el acondicionamiento de estas cosas había sido supervisada por el mismo Múller.

Emmanuel Georg Kurt Werner von Alvensleben, ex miembro de las SA, luego teniente general Waffen-SS. Llegó a Argentina en 1949, pasando por Génova, con el nombre falso de Carlos Lüecke. Se le atribuye la masacre de 30.000 judíos y polacos en la península de Crimea y en los campos de concentración polacos de Resvin y Karolewo. Vivió en Villa María, Villa General Belgrano y Santa Rosa de Calamuchita, localidades cordobesas. En las elecciones del 07/07/1963 figuró como consejal suplente de la localidad de Santa Rosa de Calamuchita por  la Unión Cívica Radical, en 1964 llegó a vicepresidente primero del Consejo Deliberante. Fue presidente del Club Atlético Unión. Posteriormente, en 1965, fue nombrado inspector de Caza y Pesca en Embalse de Río Tercero. En Yacanto de Calamuchita adquirió un lote de 700 metros por 17 kilómetros en el que encontró un yacimiento de uranio, berilio y tantalio. Contó con el asesoramiento del científico nuclear rumano Neda Marinescu, quien estaba exiliado en Argentina desde 1951 y que había formado parte del equipo de científicos y técnicos que trajo Kurt Tank a partir de 1947. En Córdoba hacía investigaciones nucleares en un instituto que dependía de la Universidad. Alvensleben estuvo en nuestro país con el pleno conocimiento de los gobernantes, militares y servicios de inteligencia locales, como así también el Departamento de Estado estadounidense, que lo registró en sus archivos. Fue amigo de Amadeo Sabattini, del ministro Oscar Soto López, del terrateniente Carlos Astrada Ponce y del suizo Francisco von Martini.

Franz Josef Voetterl Mertens, oficial de la Gestapo. Fue vecino de Alvensleben, pues vivía en Villa General Belgrano, a 10 km de Calamuchita. Vi un documental en el que decenas de hombres con uniforme nazi desfilan por el centro de Villa General Belgrano haciendo el saludo nazi y escupiendo una estatua que no pude identificar. También izaron la bandera nazi. El ejército argentino irrumpió en la ciudad, arrió la bandera nazi, izó la argentina y advirtieron a los nazis que no repitieran la acción. Mertens era un muy importante miembro de ODESSA y quería un cuarto Reich.

Guido Zimmer, Allen Dulles, agente de alta jerarquía de la OSS (antecesora de la CIA), negoció con Zimmer la rendición de las tropas alemanas en el norte de Italia. Dulles protegió a Zimmer y es posible que lo haya reclutado para la CIA con posterioridad a su creación, en el año 1947. Murió el 6 de diciembre de 1977 en Villa General Belgrano.

Erich Müller, un alto funcionario del Ministerio de Propaganda del Reich.

Ekart Krahmer, teniente general de la Luftwaffe y agregado de la fuerza en Madrid durante la Segunda Guerra Mundial. Se lo acusa de haber surpervisado el traslado de 200 cuadros robados por German Goering desde Francia a España, entre los que se encontraban obras de Van Dyek y Rubens. Ingresó ilegalmente a Argentina en una lancha proveniente de Uruguay y sin ninguna documentación. Aun así, el gobierno argentino le dio la radicación el 27/10/1948. Murió en 1978.

Bernard Heilig, condenado a muerte en 1947, logró escapar en 1948 y el 17 de enero de 1951 ingresó en Argentina con el nombre de Juan Richwitz y un pasaporte de la Cruz Roja. Arribó en el buque Buenos Aires desde Génova.

Hans Friedrich Heflmann, responsable del plan Aktion T4, por el que se eliminaban sistemáticamente a personas con defectos físicos y enfermedades genéticas. Ingresó a Argentina el 19 de noviembre de 1948 en el buque Italia, procedente de Génova, probablemente con documentos otorgados por Caritas International. Después del derrocamiento de Perón volvió a Europa y nunca llegó a ser castigado.

Kurt Christman, oficial SS, jefe de la Gestapo en Klapenfurt y Salzburgo. Ingresó a Argentina durante el primer gobierno de Perón. En 1965 retornó a Munich, donde fue juzgado y condenado a 10 años de prisión. Murió en 1987.

Erwin Fleiss, jefe de la SS en Tirol. Fue acusado de participación en el homicidio de judíos. Ingresó a Argentina el 19 de septiembre de 1948 desde Paraguay. Vivió y murió en 1964 en Chipolletti, Provincia de Río Negro. Trabajó para Monsanto y CAPRI Fuldner y Cia.

Hans Fischbock, trabajó en el Ministerio de Economía del Reich, específicamente en lo que respecta a la expropiación de bienes judíos. Durante la ocupación nazi es nombrado ministro de Economía y Finanzas de los Países Bajos. Ingresó el 2 de febrero de 1951 a bordo del buque Ana C, que provenía de Génova, con documentación falsa otorgada por la Cruz Roja. Volvió a Europa en 1958. Su familia quedó radicada aquí.

Friedrich Joseph Rauch, oficial SS que fue colaborador del doctor Lammers, quien fue Jefe de Gobierno. Lammers ordenó a Rauch que guardara el oro del Reichbank en Bavaria. Capturado en junio de 1945, fue liberado rápidamente en condiciones muy dudosas por los estadounidenses.  Se sospecha que por una porción del oro del Reichbank. Llegó a Argentina el 16 de febrero de 1948. En 1962 solicitó por primera vez documentación para viajar a Alemania. Murió en Austria en los años setentas. 


Croatas pro-nazis

A la Argentina llegaron unos 20.000 croatas que reconocieron a las antiguas autoridades pro-nazis de Croacia como un gobierno croata en el exilio, ampliamente protegido por el gobierno peronista.

Ivo Rotznitza

Ante Pavelić, "el Hitler croata", jefe del gobierno pro-nazi, quien vino con una decena de sus ministros, el jefe de su ejército y varios responsables de los campos de exterminio de gitanos, serbios y judíos. Vivió protegido por el gobierno peronista y luego por la revolución libertadora en Aviador Mermoz 643, Ciudad Jardín, Lomas del Palomar, Provincia de Buenos Aires. Fue jefe de seguridad de Juan Domingo Perón, ex-presidente argentino. Había huído al Tirol austríaco, protegido por Dinko Šakić, el general Moscow y el coronel Kirim, y encontrado refugio en un convento franciscano. En agosto de 1947 ingresa a la Argentina con pasaporte de la Cruz Roja y el nombre falso Aranjos Pal, protegido por la Iglesia de Roma. Tras un atentado contra su vida (11-04-1957), se ve expuesto y se esconde en la Provincia del Chaco. Luego viaja a España y muere en un convento franciscano en las cercanías de Madrid, el 28 de diciembre de 1959.


Eugen Dido Kvaternik, nació an Zagreb, el 29 de marzo de 1910 y falleció en Río Cuarto, Provincia de Córdoba, Argentina, el 10 de marzo de 1961. Fue un teniente general croata, perteneciente a la Ustaša (expresión que significa "levantados", "sublevados", "alzados") que cumplió funciones como jefe de la UNS (Ustaška Nadzorna Služba), que fue símil de la Gestapo del Tercer Reich en el Estado Independiente de Croacia, un país aliado a la Alemania nazi. Él y Ante Palevic furon las dos personas más importantes de ese país nazi. Se lo conocía como el "Himmler de la Ustaše", porque comandó varios campos de concentración en los que asesinó a serbios, judíos y gitanos. Al final de la Segunda Guerra Mundial, después de haber huído de Croacia por un desacuerdo con Palevic, él y su padre Slavco (ex Ministro de Guerra croata) escaparon a la República Argentina con la ayuda de la Iglesia.

Dinko Šakić, 
nació en Imotski, Croacia, el 8 de septiembre de 1921 y falleció en Zagreb, Croacia, el 20 de julio de 2008. Fue un criminal de guerra comandante del campo de concentración de Jasenovac. En 1945 llegó a Argentina con su esposa, en la que tuvo una vida tranquila como industrial textil. A raíz de un escándalo ocurrido por su confesión de los crímenes que cometió en un programa de televisión en 1998, el presidente Carlos Menem lo hizo apresar y preparó su extradición a Croacia. Fue condenado a veinte años de prisión. Posteriormente fue extraditada su esposa, quien murió por una enfermedad no revelada. 


Anton Elez, llegó el 01/04/1947 en el buque de bandera panameña Philippa. Murió en Miramar, Provincia de Córdoba, el 23/07/1985. Fue camarada y subordinado de Dinko Šakić, en el campo de Jasenovac, aunque ambos tenían el rango de capitán.

Vladimir Kratch, jefe de la fuerza aérea croata.

Gorg Vrantich, jefe de la policía secreta, símil de la Gestapo.

Radomil Vergovitch, jefe de la policía del estado.

Josip Tomlianovich, jefe del ejército.

Vjekoslav Vrancic

Edo Bulat, nacido en Split, el 17 de febrero de 1901, falleció en Buenos Aires, Argentina, el 28 de junio de 1984. Fue abogado y representante de HSS (Partido Campesino Croata).

Josih Subasic

Ratimir Gadja

Nedim Salvegovic

Nikola Perik

Marijan Gudel

Antonio Caggiano, sacerdote católico que ejerció importantes cargos en la Iglesia (obispo de Rosario, cardenal, vicario castrense, arzobispo de Buenos Aires y arzobispo primado), viajó al Vaticano en 1946. Allí ofreció a la Argentina como destino de los prófugos franceses, belgas y croatas responsables de crímenes o de colaboración con el nazismo. Tuvo decisiva intervención en el escape de los sacerdotes Vladimiro Smet y Francisco Jacob, expulsados de Yugoslavia en 1946, obteniendo de los servicios secretos estadounidenses los salvoconductos, cuya documentación fue desclasificada cincuenta años después de ocurridos los hechos. Estos sacerdotes fueron ubicados en la catedral de San Nicolás de los Arroyos.

Cuando volvió a Buenos Aires, viajó en el mismo barco que Emile Dewoitine, el primer criminal francés registrado.

Italianos

Vittorio Mussolini, segundo hijo varón de Benito Mussolini. 

Bruno Cáneva, responsable de la masacre de Pedescala. Recidió en Mendoza. 

Carlo Scorza, último secretario del Partido Fascista.

Cesare De Vecchi

Tulio Tamburini, jefe de la policía de la República de Saló.

Edoardo Moroni, ministro de Agricultura y Forestación.

Giuseppe Poverelli, ministro de comunicaciones.

Piero Parini, prefecto de Milán.

Giuseppe Spinelli, ministro de Trabajo de la República Social Italiana.

Ettore Mutti, secretario del partido.

Franceso Giunta, secretario del partido.

Enzo Grassi, comandante.



Franceses

Jacques de Mahieu (1915 - 1990) En su juventud se unió al grupo francés de extrema derecha "Action Française" y colaboró con el gobierno de Vichy. También formó parte de la 33ª División de Granaderos SS Voluntarios Charlemagne, de las Waffen-SS, por lo que fue conocido como "el SS francés". Fue uno de los primeros franceses en huir a Argentina después de la liberación de Francia. Adoptó la ciudadanía argentina y se convirtió en ideólogo del movimiento peronista. Obtuvo títulos universitarios, ejerció cátedras y fue conferenciante de las Fuerzas Armadas Argentinas por diez años. Fue el creador de un grupo juvenil nacionalista católico de la década de 1960 (el Movimiento Tacuara), del que derivaron los Montoneros (Los Montoneros también tuvieron entrenamiento recibido de miembros de Uspacha, en ese tiempo un movimiento terrorista de alcance mundial).Mathieu también tuvo relación con el grupo neo-nazi español CEDADE.

Emile Dewoitine, ingeniero aeronáutico que apoyó el gobierno de Vichy.




            Algunos militares notables

Hans Ulrich Rudel, héroe y as de la Luftwaffe, fue profesor de guerra aérea en la Escuela de la Fuerza Aérea Argentina. Con su Stuka, se le atribuyen la destrucción de más de 500 tanques soviéticos y el hundimiento de tres barcos.

Adolf Galland, as de la Luftwaffe. Dirigió un grupo de caza con aviones a reacción Messerschmitt Me 262 A, el primer jet operacional del mundo.

Werner Baumbach, jefe de bombardeo de la Región Norte de la Luftwaffe. (1)
            
En Migraciones se conservan fichas de ingresos, pero los expedientes han desaparecido. Los expedientes de 1946 a 1948 fueron quemados en 1951. En ellos se encontraban la mayoría de los criminales de guerra nazis. En 1958 también desaparecieron  los expedientes hasta 1955. En 1970, el brigadier Carlos Rey firmó un decreto para donar 25 toneladas de expedientes a una sociedad benéfica. Esto pudo hacerse por la desidia crónica o por una conspiración. Quizás por los dos motivos, selectivamente. Es que en los expedientes se daban detalles de quién o quiénes habían recomendado o aprobado el ingreso de estas personas, de la protección de la Iglesia de Roma y de los servicios de inteligencia de EEUU, además de datos importantes sobre las rutas y procedimientos seguidos. Algo políticamente inconveniente. El periodista e investigador Uki Goñi está convencido de la conspiración y Simón Wiesenthal es más moderado y considera que gran parte de lo destruido se debe a la inoperancia típica de los burócratas argentinos ("inoperancia típica de los burócratas argentinos" es una calificación que no pongo en boca del señor Wiesenthal, es mi calificación). Pero hay que reconocer que la inoperancia juega a favor de los corruptos, de los criminales y de los mentirosos.  




Técnicos y científicos extranjeros que se refugiaron en Argentina después de la caída del Tercer Reich.

Aproximadamente, unos mil doscientos científicos y técnicos, entre ellos:

Emile Dewoitine, ingeniero aeronáutico francés, dueño de una fábrica de aviones, que colaboró con el gobierno de Vichy. Por ese motivo Degaulle prometió fusilarlo. Construyó el avión a reacción IAe-27 Pulqui en 1947, equipado con una turbina Rolls Roice Derwent. Nos convirtió en el octavo país del mundo en tener un avión a reacción operativo. En ese momento, estábamos entre los seis países del mundo con aviones a reacción, ya que Alemania y Japón tenían prohibida la construcción de aviones.





                             IAe-27 Pulqui I


Cesare de Pallavecino, ingeniero aeronáutico y profesor de aerotécnica. Trabajó en Breda y en Caproni Cantieri. Vino conjuntamente con Angelo Miele y Mateo Abona, especialistas en estructuras metálicas y fluidos, respectivamente. Responsables de IAe-30 Nancú, que tuvo el récord de velocidad en su tipo (650 km/h; velocidad máxima operativa: 740 km/h a 6.500 m) 


                              IAe-30 Ñäncú

El ingeniero y piloto de pruebas Kurt Tank, llegó a la Argentina en 1947 con una valija cargada de microfilms. Fue ayudado por una red de sacerdotes católicos pertenecientes a la Ustaša.  Él había sido director de Focke Wulf de Bremen y trajo consigo los planos del caza a reacción TA-183. Junto con él vino un equipo técnico de primera línea que contaba, entre otros, con el ingeniero Paul Klaget (diseñador del IAe-35 Huanquero) y los doctores Thaulau,  Rotz, Pabst (especialista en dinámica de los gases), Plock (especialista en materiales), Werse (especialista en técnicas de construcción) y Heinstzzelman (especialista en estática), Ruth (aerodinámica) y Wolf, que fue profesor de la Facultad de Ingeniería Aeronáutica y de la Escuela Superior de Ingeniería de la Fuerza Aérea Argentina. Además formaron parte del equipo los diseñadores Bansemir, Mittelhuber, el matemático Rothkegal y los técnicos Mathias y Wolf. También vino el piloto de pruebas Otto Behrens, ex director del Centro de Ensayos de la Luftwaffe. Tank pidió que se trajera a otros tres de su equipo: Eyting, Starke y Schöffel.

El Pulqui II fue el resultado de un trabajo combinado del equipo alemán y uno de técnicos argentinos. Disponíamos de una turbina Rolls Royce que era más larga que la alemana. Alargaron el fuselaje y cambiaron la posición de las alas. También hubo ajustes en los timones.

Este avión despertó mucho interés internacional. Suecia ofreció la construcción conjunta, en la que ellos suministrarían las turbinas. Un jefe árabe vino a comprar todos los que existieran. Perón consultó a Tank y éste le respondió que tenía piezas para armar diez. Perón le preguntó en cuanto tiempo podrían fabricar cien, Tank respondió "en cinco años". Muy prontamente, Estados Unidos de América ofreció a Argentina cien aviones F86 Sabre a entregar en cinco años. La construcción del Pulqui II en escala industrial nunca se concretó. La Fuerza Aérea Argentina recibió solo 28 F86, algunos de ellos reparados después de serios daños en la Guerra de Corea. Aquí hay algo raro. Perón creó una red de espías para traer a la Argentina científicos del Eje, ¿y después se echa atrás  para comprar aviones de desecho?

El progreso aeronáutico en esos años fue vertiginoso. El quinto prototipo de Pulqui (IIe), que se conserva en el Museo Nacional de Aeronáutica, fue construido en 1959 y ya no era el avión "de punta" que quisieron fabricar los suecos y comprar los árabes. Las piezas sobrantes se tiraron a la basura. 



                                     IAe- 33 Pulqui II

En 1948 arribó Reimar Horten y más tarde lo hizo su hermano Walter. Ambos habían diseñado un caza a reacción ala volante y furtivo, invisible al radar de entonces, el Ho 229, del que solo se construyeron tres ejemplares antes de que finalizara la guerra. No tuvieron el predicamento del que gozaba Tank con Perón, pero diseñaron un ala volante de carga, el IAe-34 Naranjero, y un interceptor ala delta supersónico, el IAe 37, que nunca pasó de los vuelos de prueba sin motor, este último con Siegfried Panek. Con ellos vinieron el doctor Karl Nickel, el piloto de pruebas Heinz Scheidahver y el polaco Stanislao de Irasinsky. Reimar Horten tuvo las cátedras de Aerodinámica I, II y III. Su hermano Walter fue a trabajar a la fábrica Northrop, pero Reimar se quedó en Argentina hasta su muerte. Los dos sentaron las bases de diseño del bombardero B-2. Previamente, los estadounidenses experimentaron con dos bombarderos ala volante: Northrop YB-35 e YB-49. Reimar tuvo una entrevista secreta con técnicos y funcionarios de Northrop en su casa de Villa General Belgrano.






                                    Horten Ho-229.





                                     IAe-37 Pulqui III.




                                          IAe-34 Naranjero.



                                    Northrop YB-35.
 


                                     Northrop YB-49




               Dibujo para comparar el avión Horten Ho-18 con la versión Northrop YB-49 estadounidense.
(De myself - own drawing, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=15294639)


En el campo nuclear, estuvieron con nosotros Ronald Ritcher, Beek, Haffke, Ehremberg, Seeliton, Eggbert Greiner, el rumano Neda Marinescu y los italianos Abele y Pinardi. Hubo mucho "movimiento" en el campo nuclear. Cuando Israel desarrolló su bomba atómica, no tuvo empacho en pedir ayuda al gobierno alemán. Tres científicos que habían desarrollado tecnología nuclear en  la Alemania nazi transfirieron todo lo que hizo falta (1), con financiamiento alemán. El uranio necesario para las primeras bombas fue suministrado por Argentina con permiso de Estados Unidos de América. Por los setentas los alemanes estuvieron desarrollando mucha tecnología en nuestro país: cohetes de combustible sólido con 650 km de alcance, submarinos gasoleros muy silenciosos, todo con financiamiento árabe y estos últimos se llevaban una parte de lo que se hacía o el "know how". Una extraña actividad que me recuerda lo que hicieron en los treintas, antes de la guerra, en países supuestamente neutrales.

(1) En el libro "Prisioneros del Mundo Atómico", escrito por el técnico nuclear Erwin Oppenheimer (Editado en 1956 por Vergara S.A., Barcelona; traducción de Juan Garriga Pujol) (2) menciona que Alemania construyó cinco bombas nucleares. Tres fueron cedidas a los estadounidenses. De esas, dos se arrojaron sobre Japón. (En realidad, fueron tres bombas sobre Japón, pero esto hace necesario estudiar lo que pasó con el submarino U-234. Hay muchos documentos todavía no desclasificados "porque causarían un grave daño a la seguridad nacional"). También hay un testimonio de Robert Oppenheimer a un diario estadounidense en el que declara que una bomba no había sido ensayada en Alamogordo porque "ya la habían probado los alemanes" (En la isla de Rügen y  en Siberia). Resulta que las investigaciones nucleares alemanas se hicieron por cuatro vías y había muy pobre o nula comunicación entre los integrantes de los cuatro equipos. Hasta ignoraban la existencia de otros esfuerzos independientes. Los científicos que fueron escuchados en Farm Hall no tuvieron conocimiento ni intervención en los otros tres proyectos. Como el gobierno nazi no confiaba en ellos, los dedicaron a desarrollar un reactor adecuado para propulsar submarinos. Una segunda investigación estaba bajo la autoridad de Albert Speer y la Wehrmacht. Otra estaba siendo realizada por la Luftwaffe y la supervisaba Göring. El cuarto intento estaba dirigido por el general ingeniero Hans Kammler, de la SS, quien colaboraba también con Göring. Después del atentado contra Hitler, llevado a cabo por parte del ejército alemán, Kammler le arrebata el proyecto a Speer y lo pone bajo la tutela de las SS. Cuando Göring cae en desgracia con Hitler (justamente por hacer contacto con los estadounidenses para terminar la guerra con ellos), Kammler se hace cargo de los tres proyectos con resultados prácticos. Las bombas estaounidenses no estaban listas cuando finalizó la guerra. Con terquedad, Robert Oppenheimer se empecinaba en usar tubos de cadmio, en lugar de los de circonio inventados por Erwin Oppenheimer (luego Erwin trabajó con Teller en la bomba de hidrógeno).  Este empecinamiento de Robert hizo que las bombas estadounidenses, que fueron probadas después del final de la guerra, no mataran a unos cerdos que habían sido usados como testigos de los efectos. Si los rusos se hubieran enterado en ese tiempo, es difícil de imaginar qué hubiese pasado con Occidente (Más exactamente, los estadounidenses hicieron una prueba de una bomba nuclear propia el 22 de agosto de 1945, con resultado desastroso. Después siguieron otros ensayos hasta que adoptaron la tecnología alemana, con tubos de circonio). Los rusos también tenían tecnología nuclear alemana para el tiempo en que Estados Unidos de América probó sus bombas. La razón profunda e inconfesable por la que Estados Unidos de América arrojó bombas alemanas sobre Japón, fue que habían gastado 2.000 millones de dólares (unos 35-36.000 millones en 2023) en un proyecto que no dio resultados hasta 1946; Japón ya se había rendido tres veces (vía URSS), y, si la guerra terminaba antes, iban a rodar muchas cabezas políticas.

(2) https://archive.org/details/PrisionerosDelMundoAtomicoPorErwinKOppenheimer1956/page/n13/mode/2up


También llegó el grupo Henrici, que fue el encargado del desarrollo de la bomba voladora teleguiada PAT-1 (Henschel HS-293). La bomba Henschel HS-293 fue la antecesora de los misiles aire-superficie.

En el equipo participaron los hermanos Mendel, ingenieros aeronáuticos, los doctores Groth, Diedri y Marquard, los ingenieros Dietrich y Stainer, el coronel Werner  Baumbach, ex jefe de bombardeo de la Región Norte de la Luftwaffe, y los técnicos Dorner, Fischer, Keller, Libermann, Lieberwirth,  Lorenz y Plett.

No tengo conocimiento de la llegada a Argentina de técnicos en armas biológicas o químicas. En la Alemania nazi se hicieron investigaciones con venenos basados en compuestos químicos con ciclos de ocho átomos de carbono. Es un tema que desapareció en un abismo profundo; nadie habla, nadie sabe nada. Sus actores posiblemente hayan sido capturados por los estadounidenses o fueron evacuados de Alemania antes de la rendición.


Este artículo apenas comienza a sacar a la luz un campo de investigación que todavía no está agotada y que puede deparar enormes sorpresas. 


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(1) Ingresó legalmente a la Argentina, después de ser interrogado exhaustivamente en cuanto a crímenes de guerra, de los que pudo demostrar su inocencia. En 1948 es autorizado a trasladarse a Argentina y aquí murió a los 36 años en un accidente con un Avro Lancaster, cerca de Berazategui, en el Río de la Plata. La caída del bombardero de la Fuerza Aérea Argentina ocurrió mientras probaba una bomba teledirigida PAT-1, derivada de la Henschel HS-293.

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