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La primera baja de las guerras es la verdad



La primera baja de todas las guerras es la verdad.

En el comienzo de la Segunda Guerra Mundial el pueblo inglés no estaba motivado en contra de su enemigo. No lo odiaban.

Winston Churchill se propuso fomentar el odio contra los alemanes haciendo que éstos provocaran un sufrimiento muy grande a los civiles ingleses. La Convención de Ginebra dejaba fuera de las hostilidades a la población civil. Era inconcebible el bombardeo de blancos desprovistos de valor estratégico o que no fuesen militares.

Siempre hubo una doble moral en estas cuestiones. Cuando fue inventada la ametralladora se la consideró un arma demasiado despiadada como para ser utilizada contra los hombres, pero siempre y cuando esos hombres fuesen blancos. No había mayores reparos para que fuese usada contra indígenas y personas de etnias con otros colores de piel, en los lugares “perdidos” del mundo.

Adolf Hitler sentía cierto respeto por los ingleses. Hasta la casa real inglesa tenía ascendencia alemana. Desde el comienzo no estaba en sus planes el bombardeo de blancos civiles en el Reino Unido y opuso una larga resistencia a caer en esa bajeza. Esto sin desconocer lo hecho contra los eslavos y judíos, por los que tenía un desprecio profundo. Tampoco tuvo esos reparos cuando bombardeó Polonia, Holanda y Bélgica, pero no quería hacerlo con los ingleses.

Una vez tomada Francia, los esfuerzos bélicos alemanes se dirigieron a la ocupación de las islas británicas. Lo primero que había que lograr para el fin era el dominio aéreo. La Luftwaffe se trabó en combate con la Royal Air Force, inferior en número, pero multiplicada por cien gracias a la efectividad de la red de radares ingleses; esto dicho sin desmedro hacia la excelencia técnica de los pilotos británicos.

Winston Churchill usó a la Royal Air Force como un ejército propio. Desde el comienzo bombardearon blancos civiles desprovistos de interés y que, en muchos casos, ni siquiera tenían defensas antiaéreas, matando a inocentes indefensos. El propósito era lograr la venganza alemana, alentando a que ellos hicieran lo mismo contra los súbditos británicos no militares. Pero Hitler ignoró durante un considerable tiempo esas provocaciones, hasta que los ingleses bombardearon un barrio residencial en Berlín. Hitler devolvió el golpe y la prensa inglesa se encargó de desatar una campaña de propaganda que avivó el fuego del odio contra el enemigo.

¿Es esto propaganda nazi? No. Esta información, mantenida en secreto durante mucho tiempo, proviene de fuentes inglesas y desprovistas de toda sospecha de filiación nazi. A continuación cito las traducciones de algunos fragmentos de estas fuentes impresas:

El Secretario del Ministerio del Aire británico, J. M. Spaight testifica que fue Inglaterra la iniciadora del bombardeo de civiles, y se enorgullece de ello: “Empezamos a bombardear las ciudades alemanas antes de que el enemigo procediera de igual forma contra las nuestras. Es, este, un hecho histórico que debe ser públicamente admitido. Pero como teníamos dudas respecto al efecto psicológico de la desviación propagandística de que habíamos sido nosotros quienes habíamos empezado la ofensiva de bombardeos estratégicos, nos abstuvimos de dar la publicidad que merecía a nuestra gran decisión del 11 de Mayo de 1940. Seguramente esto fue un error. Era una espléndida decisión” (J. M. Spaight: “Bombing Vindicated”, Paperback –  27 de abril de 2013).

F. J. P. Veale, escritor inglés dedicado a los temas bélicos dice: “... esa histórica noche, los grandes bombarderos ingleses “Whitley”, en vez de atacar las concentraciones alemanas en el frente, fueron lanzados hacia la retaguardia civil del enemigo. Era un acontecimiento que hacía época, puesto que era la primera ruptura deliberada de la regla fundamental de la guerra civilizada, de que sólo se deben llevar a cabo hostilidades contra las fuerzas combatientes enemigas... Sin saberlo, los tripulantes de esos 18 bombarderos estaban dando la vuelta a una gran página de la Historia. Su vuelo marcó el fin de una época que había durado dos siglos y medio.” (F. J. P. Veale: “ The Crime of Nuremberg”, Editorial Ahr, 1954)

- J. F. C. Fuller,  escribió: “Churchill, a pesar de ser comandante supremo de las fuerzas armadas británicas, no podía actuar como un caudillo militar, pero superó estas dificultades dirigiendo una guerra particular con las formaciones de bombardeo de la R.A.F., una especie de ejército privado suyo. El 11 de Mayo de 1940 ordenó bombardear la ciudad de Freiburg. Pero Hitler no devolvió el golpe, aunque no cabe la menor duda de que estos ataques contra Freiburg y otras ciudades alemanas lo impulsaron, a su vez, a pasar al ataque.” (J.F.C. Fuller: “The Conduct of War 1789-1961: A Study of the Impact of the French, Industrial, and Russian Revolutions on War and Its Conduct” (Quality Paperbacks Series), Da Capo Press, ISBN 0306804670 (ISBN13: 9780306804670)

Sir Arthur Harris, Mariscal del Aire y uno de los padrinos del bombardeo estratégico afirma que los alemanes fueron prácticamente arrastrados a ese tipo de guerra terrorista por la R.A.F. (Sir Arthur Harris: "Bomber Offensive",  ISBN077375511X (ISBN13: 9780773755116)

F. J. P. Veale comenta: “Uno de los mayores triunfos de la moderna ingeniería emocional es que, a pesar de la claridad del caso, que no podía enmascararse ni torcerse en modo alguno, el público británico, a través de todo el período de la Blitzkrieg, de 1940 y 1941, siguió convencido de que la responsabilidad por los sufrimientos que está experimentando, recata sobre los líderes alemanes.” J. M. Spaight, reconoció que “hay abundante evidencia de que Hitler se opuso con tenacidad al terrorismo aéreo...”.

En 1953,  “Her Magesty’s Stationery Service” (Servicio de Imprenta de Su Majestad), Imperial War Museum,  publicó una obra titulada Royal Air Force 1939-1945, aprobada por la Sección Histórica del Ministerio del Aire del Reino Unido. El autor, Dennis Richard,  concluye sin reticencia: “Los ataques aéreos contra el Ruhr no eran más que una manera disfrazada de inducir a los alemanes a bombardear Londres”.

No hay duda que Winston Churchill fue el líder de la victoria de Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial, victoria que no podría haber realizado sin el poderío de la industria estadounidense, pero abonada con la sangre de civiles inocentes que él mismo mató para perseguir el fin de ganar la guerra. Nadie lo juzgó como criminal de guerra, ni siquiera su propio pueblo, que lo ignoraba. En Nuremberg se juzgó a algunos criminales de guerra, no a todos, incluidos algunos criminales alemanes que fueron protegidos por los estadounidenses y británicos.

Tampoco fueron juzgados los científicos japoneses que usaron armas biológicas contra los chinos y que fueron perdonados a cambio de que siguieran sus trabajos o pasaran los secretos al gobierno de Estados Unidos de América; ni los oficiales de la Gestapo que, de prisioneros, pasaron a integrar los cuadros europeos de agentes de la CIA, en 1947. O a los empresarios estadounidenses e ingleses que financiaron a Hitler, como Henry Ford o el teniente coronel Sosthenes Behn, presidente de International Telephone & Telegraph, que participó en la construcción de aviones Focke Wulf antes y durante la guerra (siendo un oficial retirado de la Armada de Estados Unidos).

Veamos algunos párrafos de “El estado Soberano de la ITT”, de Anthony Samson (1971), Edit. Dopesa,1973.20x12 cms,280 páginas:

04-08-1933  Hitler recibe por primera vez a una delegación de hombres de negocios norteamericanos en Berchtesgaden. La integran el Coronel Sosthenes Behn y su representante en Alemania, Henry Mann. (Fuente: THE NEW YORK TIMES. El Coronel Behn fue presidente y fundador de la ITT).

Behn pidió al asesor económico de Hitler, Wilhelm Keppler, que le indicase hombres de confianza aceptables para los nazis que pudiesen figurar en los cuerpos de dirección de las empresas alemanas de la ITT. Keppler sugirió, entre otros, a Kurt von Slhroeder, de Banco Stein, luego general de las SS y la principal fuente de fondos de la Gestapo.
Slhroeder entró en el cuerpo de dirección de SEG; Lorenz y SEG logran contratos para la fabricación de armamentos.

En 1938 Lorenz adquiere el 28% de las acciones de la Focke-Wulf.

Después del Anschluss con Austria, la empresa austríaca de la ITT, CZEIJA-NISSL, fue puesta bajo control del Cuartel General de Berlín y fueron expulsados todos los judíos, incluido el presidente, Frank Nissl. Los nazis querían expropiar la compañía, pero Behn se entrevistó con Hitler evitándolo.

Enero de 1943  La Comisión Federal de Comunicaciones de E.E.U.U. presentó un informe secreto redactado por Allen Sayler al Comité Asesor Interdepartamental de Comunicaciones Hemisféricas, en el que se habla de la forma en que la ITT permitió a sus empresas alemanas relacionarse progresivamente con países neutrales: "... la ITT ha procurado desde diciembre de 1941 exportar materiales  norteamericanos a sus subsidiarias en naciones neutrales que están produciendo para el Eje",
También menciona a la Argentina, donde la compañía de cables TTP facilitaba información a los submarinos alemanes.

Informe interceptado el 20-06-1942:

"Es hora de que se haga algo aquí para eliminar el único centro de comunicaciones del hemisferio con Berlín. Nuestros competidores, TRANSRADIO, tienen un circuito directo con Berlín y no hay duda alguna de que la salida de cualquier barco se conoce en Berlín antes que el barco se pierda de vista. Esto no es ningún secreto, pero no hay duda de que se trata de una situación que debe ponerse bajo control".

Durante los primeros siete meses de 1942, la empresa TELEGRAFICA UNIDA DEL RIO DE LA PLATA mantiene 622 comunicaciones con Berlín

Cuando Bolivia cortó relaciones con el Eje, en 1942, los negocios de CIRBOL (subsidiaria de la ITT) descendieron un 50%.

La  Oficina de Cables de toda América (ITT en Argentina) transmitió información confidencial sobre el tungsteno a la empresa nazi HAVERO.

---------- Fin de las citas.

Las condiciones impuestas por el Tratado de Versalles impedían que Alemania construyese aviones de combate. Al principio, los que serían luego pilotos de la Luftwaffe se entrenaban en clubes de planeadores o de aeromodelismo. Una vez firmado el pacto de no agresión con Rusia, pilotos alemanes se entrenaron en bases aéreas en territorio soviético. Sin embargo, más tarde Alemania sí construyó aviones de guerra y experimentó con ellos en la Guerra Civil Española, en 1937. ¡Los primeros cazas Messerschmitt Me 109 tenían motores Rolls Royce!

Es notable que alguien aprobara un plan de armamentos para Hitler (y su financiación), que incluía dos superacorazados (Bismark y Tirpritz, 41 mil toneladas de desplazamiento standard y 50 mil toneladas de desplazamiento máximo), un portaaviones, centenares de submarinos, aviones y tanques. Este plan de construcción sería terminado en 1943, fecha en la que Hitler tenía pensado comenzar la guerra. Misteriosamente (¿Casualidad?) Alemania firma un tratado de no agresión con Rusia y esto envalentona  a Hitler y lo lleva a iniciar las hostilidades antes de concluir el rearme. El plan de armamentos no daba financiación para la construcción de bombarderos de largo alcance. Alemania empezó la guerra sin esos aparatos y el inevitable choque con la inmensidad rusa lo enfrentó al hecho de que los bombarderos alemanes no tenían alcance para atacar las fábricas rusas de armamentos detrás de los Urales. Los grandes bombarderos llegaron tarde a la escena y no pudieron evitar la derrota alemana.

Piense el lector. ¿Cómo hizo Alemania para pasar de la hiperinflación y la bancarrota a producir masivamente armamento?

Como dije, la primera baja de las guerras es la verdad.

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